Salida del sábado, 2 de enero: Pico Malcara e Ibón de Escalar

CRÓNICA DE LA SALIDA:
Tras un mes de sequía, este año 2.016 ha venido con precipitaciones de todo tipo. Ha nevado, ha llovido, ha helado, … ha hecho de todo.
Pero en las salidas que hemos ido haciendo con Mayencos hemos tenido bastante suerte, ya que no hemos pillado nada de agua, solo nieve y la hemos disfrutado, ¡faltaría más!
Las nevadas han venido alternadas con lluvias, por lo que las zonas que tenían una base anterior son las que más han mejorado. Concretamente la zona de Malacara y especialmente en el tubo de subida desde Astún, donde ayer (sábado) volvimos a sentir la sensación de la nieve polvo “pow”, tanto esquiándola, como rebozándonos en ella cual croquetas.
Hoy (domingo), decidimos volver a subir el Malacara, pero en lugar de subir directamente al pico como hicimos ayer, decidimos ir primero al Col de Astún. En la subida disfrutamos nieve polvo, e incluso practicamos a trazar dos subidas en paralelo, preparándonos de cara a nuestra carrera.

La llegada al Col de Astún está bastante dura y como hay mucho viento, decidimos ir por detrás, en lugar de ir por la cresta.

Ya en la foto anterior, se ve como la llegada al Col de Astún está venteada, acumulando la nieve polvo un poco más abajo.
Al pasar al otro lado, más resguardados del viento, vemos como está toda esa ladera norte barrida por el viento y con muy poca nieve en la proximidad de la cresta, que el viento ha debido depositar al otro lado, en la cara sur por la que hemos subido, tal y como en su día explicábamos sobre la nieve venteada.

En el último tramo de subir al Malacara la nieve está muy venteada y muy dura, por lo que algunos prefirieron echarse los esquís a la mochila y subir por la hierba, mientras otros pusimos cuchillas para subir por la cresta de nieve “piedra”, que mantenía cierta rugosidad y permitía subir seguro con cuchillas.

En la anterior foto se ve claramente el efecto del viento, que ha “barrido” de nieve el lado derecho de la cresta, mientras que el lado izquierdo está perfectamente blanco.
Una vez en la cima, como siempre, disfrutamos un largo rato de ella, aunque apenas teníamos visibilidad, por lo que nos faltaba el fantástico paisaje que solemos tener desde allí.

La bajada está bastante marcada y la hacemos sin apenas visibilidad, lo que no nos permitió disfrutar de la nieve, como se merecía, pero bajamos bastante bien y nos quedamos con ganas de más.
Decidimos poner pieles y volver a subir a truchas, e incluso acercarnos al ibón de Escalar. Estaba el día fantástico, con una suave nevadita, una temperatura muy agradable y por una media ladera en la que estábamos resguardados del viento.
La pena es que la visibilidad no nos permitió disfrutar mas del paseo.

Al llegar a la entrada hacia el ibón, comprobamos que no había mucha nieve y que para acercarnos al lago debíamos descalzarnos los esquís, por lo que decidimos darnos al vuelta y volver sobre nuestras propias huellas hacia truchas, para retornar a la estación.

Y como ya comienza a ser tradicional, acabamos brindando con unas jarretas de cerveza, apea recuperar los líquidos perdidos, … ¡hay que hidratarse!

Otro fantástico día de esquí de montaña, disfrutando de la montaña, de nuestro deporte, pero sobre todo conformando un grupo de amigos con los que compartir todo esto.
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1 comentario
Lo mejor la paz que transmite la montaña cuando nieva y el poder compartir ese momento mágico. Si además luego podemos leer estas crónicas,el disfrute se dilata en el tiempo sine die. Gracias Pedro