23/02/2019
Este es el primer día de un proyecto de Santi “Lobo Estepario”, uno de los socios del CP Mayencos. Su idea era hacer una travesía de dos días, circular desde Candanchú, durmiendo en Lizara.
CRÓNICA DE LA SALIDA:
Salimos de la pista grande de Candanchú, subiendo el collado de Cauxiat, con la idea de bajar esquiando hasta Sansanet.
La verdad es que esa bajada por el bosque no fue nada buena, ya que no había hueco entre los árboles para poder esquiar y bajamos derrapando con mucha dificultad. Alguno de nosotros incluso se cayó, doblando bastones.
Aquí es donde surge la figura de nuestro Sherpa particular: Paco, que a partir de entonces comenzamos a llamar con todo respeto SHERPACO. Para otra ocasión, o encontraos una zona por la que bajar mejor, o sería preferible salir desde Sansunet, evitando ese tramo.
La subida hacia el Ibón de Estanés es muy cómoda y agradable dentro del bosque al principio y por un suave valle más adelante. Al tratar e enderezar uno de los bastones se parte y hemos de hacer una reparación de emergencia con cinta americana, … ¡¡ este Txetxu es un auténtico Mac Giver !!
Justo antes de llegar al lago subimos hacia la izquierda, para buscar el enlace hacia el valle de los Sarrios.
En esta subida ya podemos ver el Ibón de Estanés y Pico Acué, en un fantástico día soleado. Muchos hicimos la subida completa con cuchillas, otros prefirieron usar crampones, puesto que había bastante pendiente.
La llegada al Valle de los Sarrios era a través de una estrecha garganta, con bastante pendiente. En ese tramo ya fueron más los partidarios de crampones, aunque algunos continuamos con cuchillas.
El amplísimo Valle de los Sarrios asciende con una pendiente suave, en un espacio amplísimo, tranquilo, donde disfrutamos de la montaña en su estado más amable.
Al alcanzar le Puerto de Bernera, junto al ibón Biello comimos y bebimos un poco, para seguir por una suave bajada que hicimos sin quitar las pieles, disfrutando de una nieve crema estupenda, hasta llegar a la Plana Mistresa.
EN la Plana Mistresa estuvimos debatiendo un rato, sobre si bajábamos directamente hasta el refugio, hasta consensuar que subíamos todos hacia el Bisaurín, por lo que comenzamos la subida.
Antes de llegar al Collau de Secús, giramos a la izquierda para subir por un amplio, pero pendiente, corredor en el que alguno tuvo un susto. Sherpaco fue el primero que decide subir con crampones.
Al llegar a la Collada Bastés, volvemos a debatir qué hacemos, puesto que vamos muy justos de tiempo. Finalmente se decide que baja Isabel, con Mercedes y Txethu al refugio, por la Plana Mistresa, mientras los demás continuamos en busca de la cima. Más tarde nos enteramos que en la bajada de esa pala Txetxu sufrió una rotura de fibras en el gemelo, que no le impidió bajar esquiando hasta el refugio, pero lo convirtió en una auténtico calvario, tato para él, como para sus dos compañeras de bajada.
Comenzamos esa subida por tanto un poco tarde, con toda la pala en sombra y la nieve dura salvo la huella de esquí, por donde subimos con cuchillas, … hasta que decidimos cambiar a crampones para mayor seguridad, puesto que la nieve se estaba helando rápidamente por el frío viento.
Llegamos a la cima del Bisaurín con bastante viento y con un cielo espectacular. Las últimas luces del día, a través de una nubes nos obsequiaban con unos colores espectaculares.
Al fondo, las lejanas montañas se veían azules, con una silueta que recordaban las olas del mar. Ninguna fotografía, ni descripción que pudiéramos ofrecer, haría justicia con ese espectáculo en nuestras retinas que, tras un generoso esfuerzo, atesoramos en nuestras memoria como la recompensa más preciada.
Tanto Bárbara como Robert hacían su primera ascensión al Bisaurín, … pero seguro que no será la última, es una cima que nunca defrauda.
La pala estaba hecha un patatal, afortunadamente estaba fundida, pero muy pesada para poder disfrutar.
Apenas tuvimos una docena de giros buenos llegando al Collado de lo Foratón. Desde el collado unos pocos metros de sol, pasando a esquiar “a la sombra”, con una nieve todavía blandita, hasta llegar al refugio de Lizara, no sin algún que otro paso “técnico”, viendo como Adolfo caía en una grieta, quedando enterrado hasta la cintura.
Dificultades todas ellas superadas hasta llegar al refugio.
El refugio, todo un lujo, ducha con agua caliente, abundante cerveza, buena cena y una plácida noche en una habitación donde no roncó casi nadie. Consultando un libro del refugio encontré este bonito perfil de la subida al Bisaurín desde Lizara.
Y aún nos quedaba el segundo día, el retorno a Candanchú, con la ascensión al Aspe, que os contaremos en la próxima crónica. Más abajo os dejamos los mapas y el track del GPS para poder hacer la ruta.
Nos vemos en la montaña.
MAPAS:
Como en otras ocasiones, en estos mapas tenemos de color verde los tramos hechos con pieles, en rojo los tramos de descensos esquiando sin pieles y en amarillo los tramos de porteo con esquís en la mochila (en este caso, tramos de crampones).
ANÁLISIS POR TRAMOS:
A continuación vemos como se reparten esos 20km, con prácticamente 2.000 metros de desnivel.
En cada tramo se presentan: la distancia (km), el desnivel + ascendido (m), el descendido (m) y el tiempo empleado, con paradas incluidas.
PERFILES:
TRACK: